El fenómeno de El Niño, un evento climático que provoca un incremento en la temperatura y la reducción de lluvias, cuya mayor intensidad se dio en los meses de noviembre y diciembre según el IDEAM, sigue teniendo en crisis a los campesinos productores de la localidad de Usme.
Marcos Sánchez, productor agrícola del pueblo de Usme, que por años ha vivido de la producción y venta de papa, ha visto el esfuerzo y el trabajo de los ultimos cinco en un aumento en sus deudas y baja producción.
“El verano me ha afectado la siembra. Al no llover no hay agua y si no hay agua la calidad de la papita empeora. Cuando llueve en forma, la papa es mas grande y sana, pero en estos tiempos de verano es muy pequeña y una gran mayoría sale picada”.
“Hace unos años nos daban (refiriénse a los acueductos veredales de Usme) 30 metros cúbicos de agua. Pero en ese tiempo habían como 37 fincas, ahora hay más de 200. Por lo tanto, el acueducto nos da 12 metros cúbicos y con eso no nos alcanza para regar los cultivos. La solución de ellos es que reutilicemos el agua de las lluvias, pero como no llueve no podemos regar”.
La lluvia es fundamental para que los cultivos de tubérculos se desarrollen sanos. La papa suele tener un mayor tamaño y ser más resistente ante el ataque de plagas. Además, la variación en el tamaño afecta directamente su comercialización. Entre mas pequeñas sean, aumentan la unidad por bulto y hacen menos atractivo el tubérculo al comprador. Sumado a las que se pierden por el ataque de gusanos y roedores.
“En invierno sacábamos 80 bultos de papa grande y bonita, pero ahora solo sacamos de 30 a 40 bultos de papa muy pequeña”
Según testimonios de los campesinos de la vereda Olarte, en verano, los cultivos se dañan más rápido ya que en menos de una semana las plagas los invaden y ningún Insecticida es capaz de erradicarlos eficazmente.
Para Julio Enrique Peralta, otro productor papero de la zona, “ningún insecticida es capaz de quitar todas las plagas del cultivo porque el suelo está muy seco y no alcanza a llegar hasta el tubérculo. Afectando también el pasto, que es la alimentación del ganado”.
Pese a que en la localidad de Usme han habído lluvias en la primera semana de marzo, estas han sido pasajeras y aún no suficientes para superar la crisis que vienen enfrentando los paperos de la zona quinta, desde noviembre del 2023.
“Todo esto afecta la economía porque se invierte más en acarreos, empaques y alimentación del obrero, que en ganancias. Este fenómeno hace que la mayoría de los agricultores queden en quiebra”, agrega el papero Peralta.
Y lo peor es que el fenómeno de El Niño podría extenderse hasta junio del 2024, como lo advierten algunos expertos.
Incluso, de continuar los efectos del fenómeno de El Niño, podríamos llegar a una crisis de abastecimiento de agua. En estos momentos el nivel del embalse La Regadera, a simple vista, es bajo. Y aunque el Acueducto de Bogotá ha indicado que embalses como este no están en emergencia, la situación de campesinos como Marcos Sánchez y Julio Enrique Peralta, nos pone en alerta para cuidar el preciado liquido.
Recordemos que la falta de lluvias no solo afecta el consumo domestico de agua, sino genera un aumento en los precios de los alimentos básicos de la canasta familiar, como la papa, porque su producción depende en gran medida de ella. Poniendo también en riesgo el estilo de vida cientos de familias campesinas de la zona quinta.
