En los años ochenta en Medellín, el rock se convirtió en una escapatoria para la cruda y violenta realidad social: a través de él, se cantó a la libertad y la paz. Así nos lo hizo saber Juanes durante el lanzamiento de su biografía: 1.577.536.800 segundos. Un encuentro que da vida a este texto, en el marco del Bogotá Música Market.
Juan Esteban Aristizábal –Juanes–, recién cumplió 50 años –1.577.536.800 segundos– y para celebrarlos, lanzó su biografía oficial: 1.577.836.800 segundos. En ella conocemos su vida a profundidad por medio de su familia y sus amigos. Una historia escrita por el periodista musical, Diego Londoño, en la que Juanes vacía su alma e irriga las páginas para decir “gracias”.
Entre muchas situaciones que lo llevaron a ser Juanes, contó que vivió en Estados Unidos y reveló un tiempo de crisis en su vida en la que sufrió depresión. Una problemática que viene creciendo en el mundo, afectando la vida de millones de personas[i]. Y Mientras Juanes hablaba acerca del tema, comencé a conectarme con él y a sentirme identificado.
El 27 septiembre de 2019 llegué al borde de la depresión, andaba buscando dinero para conseguir la estabilidad financiera que deseaba, pero en esa estabilidad no cabía la felicidad y la tranquilidad. Vivía en Manchester, un pueblo en Maryland, Estados unidos, y todos los días manejaba al trabajo en las madrugadas y regresaba por la misma carretera en las noches. Sentía miseria por la vida que tenía.
Comenzaron a aparecer visiones de Muerte, como la canción de Fértil Miseria y no lo entendía. Mi mente estaba flotando, mi conciencia escapaba, me golpeaba en el pecho para que mi corazón no se detuviera.
Días y noches aburrido, recorría la misma carretera hasta que por primera vez en mi vida vi un venado saltando sin ninguna preocupación. Mis signos vitales se detuvieron abruptamente y sentí felicidad. Contemplé su vida en su entorno y vi cómo se encontró con su familia. Ese día mi rutina cambió.
Todas las noches conducía despacio en busca de venados, siempre que encontraba uno mi corazón parecía detenerse y mi alma sentía felicidad. Por trabajo y tiempo había dejado a un lado mi cámara, pero la retomé, la cargaba en el carro y grababa los recorridos cada noche sin saber que estaba grabando las primeras imágenes para un documental.
Este ejercicio se volvió una voz de aliento para vivir en el furor del capitalismo donde lo único importante es el dinero, y aunque también es algo importante para vivir, quería buscar la felicidad. Entonces comencé a explorar e investigar, hasta encontrar la verdadera causa de mi depresión.
Escuchar a Juanes hablar cambió mi vida, entendí que nadie es inmune y la desesperanza nos puede llegar en cualquier momento. Luego llegaron 40 segundos de firma de autógrafos, cortos y eternos. Seguidos de 3600 segundos para mí, mi cámara y la imagen de un ser humano maravilloso, que quería retratarse con el lente de mi equipo.
El evento comenzó a finalizar, se levantó de la silla y comenzó a caminar hacia mí. Yo sin entender seguí tomando fotos, tenía una risa radiante y un brillo en sus ojos enormes que me paralizaron. Se me acercó y me dijo: “me has tomado cuarenta mil fotos parcero”.
Yo con la misma risa le respondí: “es mi única oportunidad de retratarte”. Y responde “parce severo, eso es pasión”. Me da un abrazo, nos damos un choque de puños y sonríe mirándome fijamente y me posa por última vez.
Luego pensé: Cuarenta mil fotos para 1.577.536.800 segundos son pocas ¿Cuántos segundos necesitas para saber si tienes depresión? ¿Cuántos segundos necesitas para ayudar a alguien con depresión, escucharlo sin juzgarlo, darle un abrazo o una sonrisa? Unos segundos podrían cambiar tu vida, la vida de otra persona y transformar un país.
[i] «En un episodio depresivo, la persona experimenta un estado de ánimo deprimido (tristeza, irritabilidad, sensación de vacío) o una pérdida del disfrute o del interés en actividades, la mayor parte del día, casi todos los días» (ONU,2021).