En el imponente Páramo de Sumapaz, donde las nubes se convierten en remolinos y los vientos susurran secretos ancestrales, está el hogar de un ser milenario: el frailejón.

En el imponente Páramo de Sumapaz, donde las nubes se convierten en remolinos y los vientos susurran secretos ancestrales, está el hogar de un ser milenario: el frailejón.