El fascismo se puede detener en el mundo, pero para ello, primero debemos ser conscientes de que el fascismo no está muerto. Trump y Musk se están convirtiendo en el más claro ejemplo de ello.
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El fascismo se puede detener en el mundo, pero para ello, primero debemos ser conscientes de que el fascismo no está muerto. Trump y Musk se están convirtiendo en el más claro ejemplo de ello.